RUBIO (AGAPORNIS ROSEICOLLIS)
Los dueños de Rubio lo llevaron a una clínica veterinaria para que lo eutanasiaran porque le daban ataques epilépticos aproximadamente 1 vez al mes. La veterinaria consideró que no era justo dormir al pequeño por esta enfermedad cuando existen tratamientos, así que nos llamó para que fuésemos a recogerlo, no sabíamos cuál es su edad, solo que era mayor.
En un ambiente tranquilo, sin ruidos y con más aves de su especie que pudiese ver, podría durar algunos meses más.
Después de más de un año con su tratamiento, los ataques se volvieron más continuos y pasaron a ser 1 vez por semana; el tratamiento estaba dejando de funcionar, ni subiendo la dosis era efectivo; la veterinaria nos dijo que aún no era el momento de dormirlo.
Llegó el momento en que los ataques eran a diario. Decidimos no alargar más su vida y que descansara.






